Wednesday, October 21, 2009

La Palabra.

Nada en la noche me hace querer más que estar a tu lado, bajo una cobija, contándonos secretos, oscuros, tiernos, dulces y siniestros.
Te escucho y me escucho, te leo y me leo, analizo todo, calculo y no me gusta, no quiero convertirme en robot, aunque con el paso del tiempo creo que ese es mi destino final. El no sentir está siempre presente, pero el sentir siempre es más fuerte, por suerte.
Es raro, cada vez que quiero alejarme te acercás y cada vez que te alejás yo quiero acercarme, será un tipo enfermo de cariño mezclado con desconocimiento e ignorancia, o será pleno comportamiento humano, no lo sé. La incertidumbre carcome mis entrañas a veces, pero trato de dejarla de lado y traer a la realidad lo que tengo, lo tangible para mí, que supongo serán los seres amorfos y abióticos que invaden cada día mi cabeza para hacerme pensar.
Querer a alguien es acostumbramiento, llevarse bien, compartir opiniones e inclusive diferir. Me encanta diferir y siempre estoy buscando el enfrentamiento, el sano por supuesto, otro tipo de enfrentamientos lleva a malos entendidos, como decía Antoine Saint Exuperi, “La palabra es fuente de malentendidos”. Nos limita el lenguaje, hay tantas cosas que no podemos decir pero sin embargo sentimos, podríamos hasta ser muy atrevidos y llegar a decir que las palabras son huecas, vacías, nuestro cerebro les da color y música, pero al fin y al cabo carecen de sentido.
Las palabras confunden, esperanzan, hieren, matan, viven, rien, lloran, y lo más extraordinario es que solo adentro nuestro.

1 comment:

Jorchu said...

sos un enfermo y querés seguir siendo un enfermo